Tomar el sol es uno de los placeres más gratificantes que podemos obtener de la naturaleza. La síntesis de vitamina D y la mejora en el estado de ánimo son solo algunos de los muchos beneficios que obtenemos al exponernos al sol.
Pero las quemaduras solares no solo pueden arruinar un día de playa o montaña, sino que también pueden tener consecuencias en nuestra salud a lo largo de los años. Exponerse de manera excesiva y sin protección al sol puede desencadenar problemas graves a largo plazo. Hay que tomar precauciones.
En un horizonte temporal de 20-30 años , los estragos de la sobreexposición y las quemaduras solares pueden desencadenar condiciones tan serias como el cáncer de piel. España registra anualmente cerca de 20.000 nuevos casos, convirtiéndose en el tipo de cáncer de mayor aumento en incidencia en el país. Curiosamente, es también uno de los cánceres más prevenibles que existen.
Es una frase muy leída pero "la piel tiene memoria", almacenando cada rayo de sol que hemos recibido a lo largo de los años. Por tanto, proteger nuestra piel debe ser un compromiso constante y queremos compartir contigo una serie de valiosos consejos proporcionados por la Asociación Española Contra el Cáncer.
Barreras protectoras
En la playa, asegúrate de llevar gorra, gafas de sol, una camiseta y una sombrilla. Estos elementos formarán una barrera esencial entre tu piel y los rayos dañinos.
Protección en el agua Si practicas deportes acuáticos, no olvides seleccionar ropa con filtro solar incorporado.
Hidratación Mantén tu piel hidratada bebiendo suficiente agua. Fortalece la resistencia de tu piel frente a los rayos solares.
Horas estratégicas Durante los meses de verano, es crucial buscar sombra entre las 12:00 y las 16:00 horas, cuando el sol alcanza su máxima intensidad.
Crema solar No escatimes en el uso de cremas con protección solar. Escoge un fotoprotector adecuado a tu tipo de piel, que ofrezca defensa tanto contra los rayos UVA como UVB y resistente al agua.
Aplicación precisa Antes de salir al sol, asegúrate de que tu piel esté seca y luego aplica generosamente la crema protectora en todas las áreas expuestas de tu cuerpo.
Renovación constante Después de cada baño que dure más de 20 minutos o cada dos horas, repite la aplicación de tu protector solar.
Incluso en días nublados No te dejes engañar por la apariencia del cielo. Incluso en días nublados, los rayos solares pueden penetrar y dañar tu piel.
Evita las camas bronceadoras Las camas bronceadoras con lámparas UVA pueden causar daños en la piel.
Recuerda que el cuidado de tu piel es una inversión a largo plazo en tu bienestar y en la prevención de riesgos futuros.