| La astenopia o fatiga visual puede aparecer cuando sometemos a nuestros ojos a una sobrecarga por un uso inadecuado de las pantallas en el entorno laboral. Cuando miramos de lejos, la musculatura del ojo se encuentra en relativo reposo, pero al enfocar para mirar de cerca, sufre un proceso de esfuerzo acomodativo. Con el tiempo, este esfuerzo provoca un cansancio que se traduce en unos síntomas oculares incómodos y perjudiciales para el bienestar del trabajador, circunstancia que suele aparecer con más frecuencia a partir de los 45 años. Para identificar esta situación podemos establecer una serie de síntomas que nos indican que nuestra vista está sufriendo fatiga: - Picor, ardor o dolor en los ojos
- Visión borrosa o doble
- Lagrimeo excesivo
- Dolor de cabeza
- Fotosensibilidad
- Dificultad para enfocar
- Espasmos en los párpados
- Sensación de somnolencia y dificultad para concentrarse
Sin embargo, la fatiga visual no es una patología, se puede prevenir y es reversible. Poniendo en práctica esta serie de consejos podemos minimizar el efecto que ejercen las pantallas sobre nuestra salud visual:
- Orientar el puesto para que en la pantalla no aparezcan reflejos, preferiblemente de forma paralela a las ventanas
- Controlar las distancias: la pantalla del ordenador debe estar, aproximadamente, a un brazo de distancia de los ojos y a 25-30 centímetros en caso de que se esté trabajando con tablet o móvil.
- Ajustar el contraste y el brillo de la pantalla hasta obtener la imagen más cómoda para la vista
- Colocar el material y utensilios de trabajo lo más cerca posible de la pantalla para reducir los movimientos de ojos y cabeza y los cambios de enfoque
- Establecer pequeñas pausas periódicas cada 20 o 30 minutos para hacer ejercicios de relajación de la vista como mirar a un punto alejado durante unos 25 segundos parpadeando con intensidad o mover los ojos en círculos con los párpados cerrados
- Mantener unos niveles correctos de ventilación y humedad en el espacio de trabajo.
Por tanto, para tratar la fatiga visual, una vez identificada, es recomendable adoptar las medidas de prevención descritas, convirtiéndolas en un hábito y aplicándolas a diario para que el ojo no sufra un sobreesfuerzo continuado.
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